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miércoles, 18 de diciembre de 2013

Slow Technology

Cada vez surgen más y más aplicaciones, redes sociales, novedades tecnológicas, que aparecen y en poco, viendo la fugacidad de los tiempos que corren, desaparecen o vienen sustituidas casi con la misma rapidez con la que surgieron. Parece que estamos sometidos a un cambio constante y que debemos probar todos los nuevos gadgets que aparecen. 

Últimamente se dice que Facebook está de capa caída, y que los usuarios (sobre todo los jóvenes) prefieren más servicios instantáneos como Snapchat, cuando hace un par de años no eras nadie si no estabas en Facebook. Nunca entre en Second Life, un mundo virtual paralelo al real, nacido en 2003 con grandes expectativas y venido a menos con el auge de las redes sociales, muchos invirtieron incluso dinero en el y salieron mal parados. La rueda no para y ya esta en desarrollo su continuación mejorada y ampliada con la incorporación de sensores, Highfidelity. No tengo smartphone, estar permanentemente conectada sería mi perdición. Tampoco hago uso del Whatsapp, aunque durante un tiempo hice uso de una comunidad "abusiva" de emails. Llegan los relojes que te avisan de todo, e incluso los anillos, por si se te pasa por alto que recibiste un email y no creo que lo compre.

Pasado un tiempo piensas, ¿me he perdido algo si no he tenido cuenta de Twitter? ¿Y si no he tenido Facebook? ¿Qué pasa si me salto tres generaciones de Smartphone?¿Y si no tengo Internet en el móvil? Pues sí, principalmente no sabes cómo funciona en primera persona, no lo has experimentado, te has perdido algunas risas y algunos disgustos, pero tampoco he cantado en un coro o he hecho surf, y quizá me hubiera encantado, pero he hecho muchísimas otras cosas... Que no hagas uso de la cantidad enorme de posibilidades tecnológicas que tenemos a nuestro alcance, no quiere decir que no sepas de que van, al contrario, hay que estar al día de lo que sucede, porque esto te permite elegir entre lo que te hace falta y no, o lo que estás dispuesto a perder o ganar, según se mire, haciendo uso o no de estas tecnologías.

Me parece importante tener la opción de elegir, incluso rebelarse al uso de tecnologías que no nos son útiles y que solo nos suponen colapso material y mental. No me veo en ninguna de las categorías creadas para adoptar una tecnología (innovators, early adopters, early majority, late majority, laggards). Claramente no soy una early adopter, pero tampoco una laggard porque no tengo aversión por la tecnología, sino que necesito tiempo para reflexionar sobre lo que puede serme útil o no, aunque quizá ese tiempo sea excesivo según los patrones de instantaneidad y rapidez de hoy en día. Reivindico una Slow Technology, que me permita conocer las nuevas tendencias en tecnológicas, examinarlas con atención para elegir aquellas que puedan aportarme alguna ventaja. Una forma meditada de saborear la tecnología,  para disfrutar de sus ventajas y darse el tiempo necesario para encontrar aquellos matices que más me puedan interesar. 

En algún momento debemos decir basta, y pararnos a reflexionar sobre con cuanta tecnología podemos y queremos lidiar diariamente sin ser considerados los freakies por no comprar el ultimo teléfono móvil.  No deja de ser paradójico, que curiosamente también nos llamaban así algún tiempo atrás cuando la tecnología no era tan invasiva y decidíamos probar todo de motu proprio.


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