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miércoles, 31 de diciembre de 2014

#destacables #gis #libraries (31/12/2014)

Rory Elliot (2014). Geographic information systems (GIS) and libraries: concepts, services and resources. Library Hi Tech News, 31(8), 8-11

El poder de síntesis y claridad conceptual que expone el autor en apenas 3 páginas es absolutamente envidiable. Es la primera vez que encuentro un artículo tan directo  y ameno sobre las sinergias y conexiones entre SIG y las bibliotecas. El articulo introduce los conceptos clave en SIG (capas, datos ráster, vectoriales, atributos) de forma concisa, para luego detenerse en los motivos por los que las bibliotecas deberían adoptar SIG para ofrecer este tipo de servicios. Al fin y al cabo, el fin último de las bibliotecas es proporcionar acceso a la información a sus usuario. Los SIG, ademas de eso, proporcionan las herramientas necesarias para analizar esa información y sacarle jugo. Son tan solo 10 minutos de lectura pero altamente recomendables. 

No cabe duda que este año 2014 ha sido un buen año con respecto a SIG en bibliotecas. Numerosos artículos han tratado el tema a lo largo de 2014. Pronto tendréis un pequeño libro sobre geobibliotecas como parte de la colección El profesional de la Información, que no hace mas que reforzar las tesis que presenta el autor del artículo, entre otras aportaciones. Pero esto será el próximo año.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Smart Cities

Recientemente he terminado el libro "Smart Cities: Big Data, Civic Hackers, and the quest for a new utopia" de Anthony M. Townsend.  La tesis del autor incide en que las TIC son un sustrato fundamental de las ciudades inteligentes, pero hay que pensar, y repensar muy bien antes de lanzarnos al vacío y con fe ciega en asumir que las soluciones informáticas por y para la eficiencia y eficacia que proclaman las grandes multinacionales tecnológicas son la panacea de las ciudades inteligentes. Cada ciudad es distinta, y requiere distintas soluciones inteligentes y maneras de implementarlas. Y que mejor que dejar a los propios ciudadanos que decidan que soluciones y herramientas son las necesarias para su ciudad y sobretodo se adaptan mejor al estilo y forma de vida de la ciudad. De ahí el guiño a civic hackers en el subtitulo.

El libro es recomendable para cualquier interesado en la aplicación de las TIC en entornos urbanos. No se trata de un libro técnico sino mas bien crítica y que invita a la reflexión sobre el mal uso de las TIC cuando se consideran un fin y no un medio. Mientras leía el libro anoté algunas frases que me llamaron la atención. Evidentemente, leídas tal cual, muchas de ellas están fuera de contexto pero puede que inquieten lo suficiente para que alguien se anime a leer el libro.

p 7, where r y
p 10, looking smart is more crucial than being smart
p 11, bottom up city design
p 12, haves vs have-nots
p 13, but centralizing data merely centralized corruption, which empowers the empowered
p 31, for tech giants, the first challenge was making the case for public spending on smart. The big promised is greater efficiency
p 33, rewiring cities with business technology is a seductive vision
p 42, the grid itself is a commodity. All the value is in the add-ons
p 70, “Mirror Worlds foretold the way sensing, networking, computation, and visualization are converging today
p 73, the future is clear: know everything, feel nothing
p 77, Engineering isn’t the biggest obstacle to building systems; the real challenge lay in managing the people and organizations who would use them
p 84, cities are “Systems of Systems”
p 85, balance the value gained with the effort required by the city to maintain and operate it. 
p 119, when you start paying attention to what people actually do with technology, you find innovation everywhere
p 125, to create a new way of doing that for the whole world to use
p 140, citizens decide what gets connected to the IoT, and why. IoT as a platform for local, citizens microcontrol of the physical world
p 149, knowing where you are is not so valuable, the value is in using that information to unlock new experiences. 
p 152, the risk of computing serendipity or spontaneity
p 158, conceptual success does not always translate to financial success
p 178, wireless is the infrastructure of inclusion
p 188, “para poors”: participative, user-engaged design process
p 190, expecting that access alone to technology will create opportunity is no longer appropriate
p 192, crowdsourcing is highly repressive: it presumes a surplus of volunteer time and energy
p 202, city apps contexts “are very good at producing version 1, when what a city government needs is a rock-solid, full-featured version 7”
p 211, when data drives decision, decisions about how to record the data will be distorted
p 215, Boston approach could be the most viable models for civic technology
p 229, apps contests success stems from its focus on problems and its intense f2f teamwork
p 248, the challenge of XXIth is to find out what works and scale it up
p 302, cross-train designers: cross-train user, civic, virtual-physical world. See cities as both scientists and artists
p 304, how to harness real-time data and media to think about long-term challenges
p 316, “Slow data”
p 319, the real opportunity to design killer apps for smart cities lies in those niches where a couple of heavily value-laded bits can be created

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Nature estrena nueva política de compartir código en sus articulos

Esta semana al menos dos notables revistas del grupo Nature Publishing, la propia Nature y Nature Geosciences, han puesto sobre la mesa un aspecto recurrente últimamente en cuanto a la reproducibilidad y transparencia en ciencia. Compartir y hacer públicos los datos y análisis/código que sustentan una publicación científica, y que van íntimamente aparejada a una investigación o proyecto científico, deberían ser una práctica habitual, para la buena salud de la ciencia, en el proceso científico. El grupo Nature va a instaurar una nueva política de compartir código para todas sus revistas: Siempre que sea posible, puntualizan sendas editoriales de Nature y Nature Geosciences, se aconseja a los autores compartir el código como ejemplo de buena práctica científica. Es un pequeño paso hacia la ciencia abierta y reproducible, pero aún insuficiente. Según los siguientes autores, existen barreras para compartir datos y código, y no tanto de carácter técnico sino social: 
  • En el comentario Of carrots and sticks, los autores se quejan de la falta de crédito e incentivos para compartir y publicar los datos. El científico encuentra pocos beneficios que recompensen la dura tarea de documentar minuciosamente un conjunto de datos para ser publicado. La aparición de nuevas publicaciones científicas solo para datos junto con algunos repositorios de datos ya en marcha, hace que el incentivo para el científico, según los autores, sea el retorno en citaciones a los datos publicados. 
  • No solo de datos se nutre un artículo, sino de análisis y código. El siguiente comentario Open code for open science?, el autor incide en que la política de código abierto de las revistas científicas es un buen aliciente, pero que no va a solventar por sí sola el problema de la reproducibilidad. Código abierto no significa únicamente que otros lo puedan leer. Hay diversos factores del propio código, como su complejidad o requisitos específicos de hardware, así como el propio contexto para el que fue creado, porque si se trata de código destinado únicamente para apoyar un articulo, el autor no va a realizar un esfuerzo para limpiarlo y optimizarlo adecuadamente.   

Vistos estos dos comentarios, parece que uno de los problemas más serios sea la falta de incentivos claros para el investigador para que la publicación de datos y código se vea más como una oportunidad positiva de reconocimiento profesional y no como una tarea extra, ardua, y secundaria que no produce nada a cambio. ¿Y si cambiamos las reglas del juego? ¿Sería posible un sistema de incentivos diferente al actual que primara la reproducibilidad y transparencia de la ciencia? Está claro que el actual sistema basado en número de artículos publicados y "buenos contactos" no prima la reproducibilidad y transparencia. Si fuera factible una nueva escala de incentivos, ¿por qué no está ya en marcha?. Este argumento es justo lo que propone Jonh Ioannidis en su artículo How to make more published research true, contemporáneo en semana, mes y año a los comentarios de anteriores.  Invito a su lectura, es open access, al contrario que los otros dos comentarios de Nature Geosciences.






  

domingo, 2 de noviembre de 2014

GeoHumanities

El pasado Julio se lanzo el grupo de interés sobre Geohumanities.org, englobado dentro de las actividades Digital Humanities. Si las nuevas tecnologías de la información están tiendo un impacto en las Humanidades, no menos importante son las tecnologías geográficas o geo-espaciales y el concepto de tiempo y "lugar". La formación de un grupo dedicado a ello lo demuestra. Hay un interés creciente, y mucho, en la comunidad de humanidades digitales y bibliotecas en acercarse a los beneficios que aportan este tipo de tecnologías. 

Geohumanities ya nace con una interesante web llena de contenidos. Para empezar con algo de contexto, muy recomendable es esta entrada de blog con un sumario detallado de la primero reunión del grupo de interés el verano pasado. Una de los primeras actividades será la creación de un repositorio curado de herramientas geográficas para geohumanities,  como una extensión especializada del repositorio DiRT. Sin duda, habrá que seguir de cerca las actividades de geohumanites, y profundizar en más detalle en los proyectos que mezclan humanidades digitales y SIG que aparecen en su web. Próximas entradas darán cuenta de ello.

lunes, 20 de octubre de 2014

Datos abiertos como si fueran páginas HTML

La semana pasada asistí a una sesión informal de charlas divulgativas ofrecidas por personal científico del JRC. Los temas eran variados,  como open data, big data, social media, e incluso sobre la filosofía de la tecnología. 

La breve charla introductoria sobre Open Data fue eso, introductoria. Pero me llamo la atención que el ponente daba énfasis en a los catálogos centralizados de datos abiertos como elementos necesarios para que el movimiento de datos abiertos prospere. Por ejemplo, existe un catálogo a nivel europeo, a niveles nacionales, e incluso el JRC está creando su propio catálogo centralizado de datos abiertos.

A mi me da que la historia se repite otra vez.  Tenemos tantos ejemplos que demuestran que una estrategia de arriba a abajo no acaba de despejar. Lo que realmente funciona es cuando los usuarios toman el mando, de forma descentralizada y siguiendo una estrategia de abajo a arriba. 

Pongamos el ejemplo de la Web.  A principios de los 90, había un puñado de servidores que servían páginas html producidas por los propias proveedores, como el CERN y algunas universidades. Entonces no había problemas con tener un catálogo centralizado a modo de directorio para tener un índice de toda la Web. Pero el verdadero tipping point que propició la explosión de la web fue el momento en que las páginas html no las creaban y mantenían de forma centraliza unas pocas instituciones, sino que cualquiera podía crear y hacer publica su página html. Después vino el problema de encontrar el mecanismo de búsqueda adecuado, ya que un directorio centralizado de índices no escala adecuadamente cuando la Web alcance niveles grandes, ya no digo enormes como en la actualidad. 

Ahora con el Open Data parece que se repite los mismo fallos. Hay unos cuantos catálogos centralizados encargados de recopilar conjuntos de datos abiertos. Exceptuado algunos casos que de momento funcionan bastante bien (data.gov, data.gov.uk),  los datos recopilados son pocos y de poco interés para los ciudadanos. Provienen de las propias instituciones, que por diversas razones legales, costumbre, o lo que sea, no se sienten cómodos con el trabajo "extra" de subir hojas excel a un catálogo. Estas instituciones se vanaglorian de que son trasparentes y abiertas porque suben una veintena de ficheros excel indescifrables al año a un catálogo. ¿Por qué no dejar que los propios ciudadanos decidan que datos publicar como "open data"? ¿Por qué no permitimos que la publicación de datos abiertos sea universal y tan fácil como es la publicación de páginas html? ¿Por qué no dejar que los propios usuarios mantengan sus datos abiertos tal como hacen con sus propias paginas html? ¿Por qué seguimos empecinados en crear catálogos centralizados que son costosos de mantener actualizados y que no sirven de nada cuando se pasa de cientos a miles de millones de conjuntos de datos abiertos? 

Si queremos que el movimiento de datos abiertos se identifique con la idea de directorios de ficheros excel proporcionados por las administraciones de forma casi obligatoria y sin ningún incentivo, sigamos como hasta ahora. 

Si queremos que el movimiento de datos abiertos se convierta en algo tan grande como la web, tenemos que dejar que el agente de cambio sean los propios ciudadanos, que sean ellos los que hagan públicos los conjuntos de datos que les interesan. Si son interesantes, seguro que el propio ciudadano se preocupará de mantenerlos actualizados para que sean útiles para otros. 



domingo, 5 de octubre de 2014

Economia colaborativa

No es extraño que aparezcan nuevo términos en los medios, sobre todo relacionados con la tecnología. Pero es más extraño que, en un mismo día y de forma totalmente casual, me haya encontrado dos veces con un nuevo término: Economía colaborativa.

El primer tropiezo inesperado ha venido con la lectura de un artículo de opinión en El País, con el sugerente título de La tecnología que nos aíslaTan solo dos horas después, y viendo en directo las presentaciones del Tedx Mallorca, Jaume Mayor me ha sorprendido con una interesante charla sobre economía colaborativa. 

¿Que tiene de especial la economía colaborativa? ¿Va a ser el próximo modelo productivo que destronará al capitalismo? ¿Qué lo hace interesante para las grandes firmas tecnologías? Me gustaría responder a estas preguntas mas profundamente pero por ahora solo tengo una visión superficial de la economía colaborativa. Esto seguramente requiere de una reflexión más pausada sobre el tema. Pero aquí algunas comentarios personales, pueden que sean erróneos, descabellados, o acertados, pero que sirvan de reflexión inicial. 

La economía colaborativa nace para "buscar alternativas". Alternativas, entre otras cosas, al sistema capitalista actual. Del consumidor que compra productos para poseerlos se pasa al consumidor que utiliza productos para luego compartirlos cuando ya no los necesita. Ya no vamos a acumular posesiones que no utilizamos, sino que las ponemos a la venta o en alquiler para que otros hagan uso de ellos. Suena todo a consume responsable, reutilizar con sentido,  comprar con sentido, y al típico mercado de segundo mano. En tiempos de crisis y dificultades económicos, todo lo que suena a conseguir un producto gastando menos convence. 

El concepto en sí no es nuevo. De siempre los vecinos, hermanos, y amigos se han dejado o prestado cosas entre ellos.  Yo, sin saberlo, ya tengo algo de experiencia en la economía colaborativa. El carro de mi hijo lo compramos a unos holandeses, y ahora que ya no lo necesita, lo hemos vuelto a vender. Se prima el uso, no la posesión. De esta forma tres familias (al menos) habrán disfrutado del mismo carro haciendo un consumo responsable y con el consiguiente ahorro de dinero.

La economía colaborativa que surge ahora es más tecnológica que nunca, porque se produce en Internet y en los smartphones.  Sin ellos, la escala sería de N=barrio o N=ciudad, y hablaríamos de los mercadillo de segunda manos en los que todos hemos comprado o vendido un carro de bebé alguna vez. Lo realmente novedoso ahora es que el círculo de influencia donde existía la colaboración ya no se reduce a unos cientos de conocidos directos sino que literalmente se expande a toda la población mundial. La escala es N=all.

Y aquí es donde las grandes firmas tecnologías ven negocio, y del grande, como con las ciudades inteligentes, con la economía colaborativa. Uno puede llevar a cabo economía colaborativa con cualquier persona de otro continente gracias a los avances de las TIC. Y sobre todo a los sensores y al Internet de las Cosas, junto con los smartphones. Se estima que a día de hoy hay dos sensores por habitante del planeta. Pero en un horizonte de cinco años hay estimaciones que el ratio será de 10 a 1.

Pero la ubiquidad de la tecnología es crucial. Alguien lanza un "necesito A" mediante su smartphone, todos los "A" que encajan con la descripción responden a la llamada, ya que los "A" llevan sensores y son parte del Internet de las Cosas. Y  al cabo de unos instantes se recibe el código de acceso/uso de ese "A" . 

Y la infraestructura e intermediarios que hacen posible que las personas y las cosas inteligentes se comuniquen en tiempo real, a una escala de N=all, y en cualquier lugar (ubiquidad) está en manos de unas pocas firmas tecnológicas. Lo que parece a priori un modo de consumo responsable y racional, puede además dar más poder a los (pocos) poderosos. Nada de que el capitalismo está muerto, sino que parece que surge de sus cenizas revitalizado.

lunes, 29 de septiembre de 2014

Universidad abierta

A mediados de Septiembre el portal de datos abiertos español se hacia eco de una noticia al menos curiosa: Universidad abierta: apertura de la información académica en España. Casi como un comunicado de prensa, la noticia resaltaba que 
"las universidades españolas se han sumergido en la cultura open data ofreciendo acceso abierto a sus datos y resultados científicos; abriendo procesos participativos e, incluso, desarrollando sus propios portales de datos abiertos". 
y ademas citaba a algunas universidades pioneras en esto de Open Data, como la Universidad de Alicante, Pompeu Fabra, Jaume I de Castellón, la de León o la de Granada

Lo positivo es que parece que este acto de transparencia empieza a contagiarse a las universidades. Como instituciones públicas, deberían hacer públicos los datos que manejan. Desde asuntos económicos, de investigación, docencia y de personal. Con lo enrevesado con son algunas universidades en temas de burocracia, ojala esta iniciativa fuera un paso para simplificar papeleos y ofrecer transparencia. 

Evidentemente , las universidades abiertas están bastante rezagadas en comparación con otras administración regional y autonómicas españolas,  ya no hablemos del extranjero. Al menos, algunas de las universidades de arriba tiene en común que utilizan la misma plataforma CKAN para servir los datos. Esto es útil para el usuario en busca de datos, porque uno se encuentra con el mismo interfaz para distintas universidades.

Pero me ha llamado la atención un cuantos cosillas tras una inspección rápida de los repositorios: 

  • Algún enlace da el error "no tiene permisos para acceder a este servidor". Buen comienzo para un portal de datos abiertos. 
  • La lista de conjuntos de datos es a'un escaso .
  • Los datos viene mayoritariamente en csv, sin ninguna información adicional para interpretar las columnas. EL titulo de cada columna es el único metadato.
  • De casualidad, al inspeccionar un conjunto de datos en csv, éste incluía dos enlaces a la propia universidad para obtener mas información. Evidentemente, ese fichero cuanta como un conjunto más en el repositorio de datos abiertos. Me pregunto si esto es la noción de datos abierto enlazables que tienen algunas universidades. 
Todavía hay mucho que mejorar, no tanto desde el plano técnico y de infraestructura , sino de contenido y documentación de los conjuntos de datos. Tal como están ahora, el trabajo de comparar universidades basado en los datos abiertos que exponen es prácticamente imposible. ¿Cabria la posibilidad de ofrecer de establecer un conjunto de datos mínimo de 20 (o 30 o 50 ) que toda universidad debería poner en abierto. 




miércoles, 17 de septiembre de 2014

#destacables #gis #libraries (17/09/2014)

John A. Olson (2014). All Things Digital. Ten Years in the Geospatial Time Continuum. Journal of Maps and Geography Libraries, 10:1, 123-126

Este breve comentario de Olson compara el entorno software y de herramientas SIG disponible hace 10 años con el actual. Amena lectura. Como aviso a navegantes, el párrafo de cierre del comentario resume perfectamente la visión del autor como bibliotecario defensor de lo geográfico, sí o sí. 
As caretakers of this digital medium, we need to become geospatial champions. The special geospatial skill sets that we have, as librarians, are essential to help guide patrons through the maze of geospatial landscapes, which can be a daunting task. But one at which we can be successful nonetheless.

domingo, 31 de agosto de 2014

En contra las bibliotecas inteligentes

El periodo vacacional de agosto siempre es propicio para la lectura de algún libro de esos que gusta leer con calma. 

Imagínate una biblioteca inteligente. Una biblioteca que tiene digitalizados todos sus libros, colecciones y demás recursos, y que estos se sirven por Internet directamente al teléfono móvil del usuario. La biblioteca posee una gigantesca base de datos donde se cuantifica cada pequeño detalle de cada uno de los libros. Además, cuenta con potentes algoritmos informáticos capaces de mezclar la enorme base de datos con otros conjuntos de datos con información personal de los usuarios. A partir de los gustos personales, preferencias y estilos de vida captado de los perfiles de los usuarios en las redes sociales, otros algoritmos escupen recomendaciones de lectura personalizadas y hasta se atreven con predicciones de lecturas, hasta llegar al grado de recomendarnos libros de contenido más ligero si se anticipa un mes con mucho trabajo, o libros de viajes si nos encontramos planificando las próximas vacaciones de Semana Santa. Y todo ello sin interaccionar con la biblioteca, porque la biblioteca es inteligente. No hay que pedirle nada. Ya sabe todo el pasado y presente de cada usuario y parte del futuro inmediato. Calcula sus decisiones y predicciones masticando y analizando datos que generamos diariamente.

"Against the Smart City" de Adam Greenfield, es en realidad el libro que he le'ido este verano. No habla de bibliotecas inteligentes, sino de ciudades inteligentes (en el momento que se añade un adjetivo como inteligente, denota que existen también ciudades "tontas". Y edificios tontos. Y neveras tontas... Un sin-sentido) . Se trata de un breve ensayo que critica con dureza la locura actual en cuantificar cada detalle de las ciudades vía las tecnologías de la información, redes, sensores, etc. con el beneplácito de los políticos y en pro de la eficiencia máxima de recursos y la perfección absoluta en la toma de decisiones. La ciudad inteligente, tal como la concibe la industria tecnología interesada únicamente en implantar sus fabulosos sistemas informáticos en las ciudades como si se trataran de fábricas de automóviles,  se olvida de sus ciudadanos y de la propia ciudad como ente vivo, complejo, dinámico y cambiante. La ciudad y sus ciudadanos forma un todo imperfecto, con raíces socio-económicas y culturales diversas, ligadas al territorio donde se encuentran, ligadas a las costumbres de sus ciudadanos, ligadas al clima y al entorno que las rodea, ligadas en definitiva a una época. Hay cosas que simplemente no tiene sentido que sean perfectas. Son el motor y sello de identidad de las ciudades y sus ciudadanos que son imperfectas. Si fueran perfectas, no funcionarían sin más. 

Al igual que la inmensa mayoría de los mortales de una ciudad cualquier, el autor no está en contra de los avances tecnológicos en las ciudades, sino de la codicia de un puñado de empresas en buscar un nicho de negocio rentable y rápido en las ciudades en aras de la modernidad sin detenerse un instante en preguntarse si todo eso lo necesita una ciudad. El objetivo es simplemente económico, en busca del contrato multimillonario del mantenimiento del sistema a costa de los contribuyentes pero sin contar con ellos.

Un sí rotundo a los avances tecnológicos en las bibliotecas, con lógica y sentido, siempre que refuercen (y no destruyan) la propia identidad de una biblioteca. Un rotundo no a las biblioteca inteligentes como las del ejemplo ficticio al principio de esta entrada que destruyen la esencia milenaria de las bibliotecas por el mero hecho de la modernidad. 





martes, 29 de julio de 2014

The Geographies of Beer

Sin duda, atrayente título: The Geographies of Beer. ¿Un nuevo tipo de cerveza? ¿O un mapa mundi con todas las cerveza del mundo?

Ninguna de las dos. El libro examina el impacto de la geografía en la tercera bebida más consumida del mundo, después del agua y el té (¿pensabais que la Coca-cola estaba en top 3?). Los más de 20 capítulo qeu forman el libro tratan de temas tan diversos como la geografía de la industria de la cerveza y de la comunicación social , la sostenibilidad y la difusión de cerveza de Europa, entre otros temas. Pero todos tiene en común en poner en relación la geografía y cerveza desde las perspectivas sociales, ambientales y regionales. 

Esto enlace con una investigación personal que tenemos entre manos sobre la geografía de la producción científica. No nos referimos al análisis de la producción científica de forma agregada a nivel mundial o de países, sino a nivel individual de un investigador. Parecen dos conceptos totalmente opuestos sin ninguna relación aparente, tanto como geografía y cerveza, pero sorprende la información que surge cuando geografía y publicaciones científicas se analizan conjuntamente desde una óptica diferente. 


miércoles, 16 de julio de 2014

#destacables #gis #libraries (16/07/2014)

Jeanine Scaramozzino, Russell White, Jeff Essic, Lee Ann Fullington, Himanshu Mistry, Amanda Henley, Miriam Olivares (2014). Map Room to Data and GIS Services: Five University Libraries Evolving to Meet Campus Needs and Changing Technologies. Journal of Maps and Geography Libraries, 10: 6-47 
En la misma línea que el último destacable, este artículo describe cinco ejemplos de bibliotecas universitarias americanas que abrazan sin piedad, y con todos los beneficios que conlleva, los datos y las tecnologías geoespaciales. Solo me queda decir la envidia sana que produce este tipo de proyectos de éxito. 

El primer beneficio inmediato que aporta el artículo es que aglutina cinco casos de uso de modelo de gestión de datos geográficos y usos de SIG en bibliotecas, con sus semejanzas y también diferencias debido a las particularidades de cada campus universitario. Las cinco bibliotecas universitarias analizadas son University of North Carolina at Chapel Hill, Texas A&M, New York University, North Carolina State University, y California Polytechnic State University. Luego cinco artículos en uno. 

Otra contribución digna de mención es la capacidad de expansión que ofrecen los servicios y datos geográficos. Las bibliotecas mencionadas en el artículo han creado nuevos servicios y lazos con toda la comunidad universitaria a través de la gestión de datos geográficos. Este hecho posiciona a las bibliotecas más que nunca como un nodo central de los campus universitarios. Eso es, se trata de exportar el know-how de la biblioteca al resto de la comunidad universidad que cada vez demanda nuevos y variados servicios con relación a los datos geográficos.  

También vale la pena mencionar que todas las bibliotecas universitarias del artículo tienen plantilla dedicada para la gestión de datos geográficos y GIS. La cantidad de personal varía entre universidades, pero en el caso de la Universidad de Nueva York (privada) la cifra alcanza las 8 personas especializadas en estas tareas dentro de la biblioteca para cubrir las necesidad de 50.000 personas entre estudiantes, profesores y personal de administración y servicios.  

Finalmente, como corolario de las experiencias descritas en el artículo, la gestión de datos y de servicios geográficos es la antesala para dar el siguiente salto lógico a los servicios de gestión de recursos de investigación por parte de las bibliotecas. Es decir, los servicios de datos geográficos no son ni tiempo ni recursos desperdiciados, sino que estas universidades ya se están beneficiando de la experiencia obtenida durante los pasados años de la puesta en marcha de servicios SIG a nivel de campus para ir incorporando de forma más eficiente y efectiva nuevos pero similares servicios para cubrir las necesidades de proyectos y procesos de investigación. 

La lectura del artículo es recomendable para todo responsable de centro de documentación y biblioteca universitaria que quiera mirar hacia el futuro con nuevos ojos, que quiera conocer las oportunidades, experiencias de primera mano y beneficios que reportan los servicios geográficos a las bibliotecas, y en definitiva, que quiera despejar dudas sobre si debe o no dar ese paso (casi inevitable) en el futuro. Mucho que ganar, muy poco que perder. 


lunes, 14 de julio de 2014

Predicciones crowdsourcing para CyT

Hace un tiempo que se viene oyendo el termino Inteligencia Colectiva y de la capacidad de predicción de las masas. El documental "The code: the wisdom of the crowd" explica algunos ejemplos. El siguiente me resultó curioso: si muestras una jarra con bolas de colores a diferentes personas y les dices que estimen cuantas bolas hay, pueden responderte desde 70 bolas hasta 7000. Pocos encuestados de forma individual se aproximan al número real de bolas. Sin embargo, cuando sacamos la media de todas las respuesta obtenidas, sorprendentemente el resultado se aproxima muchísimo al número real de bolas.


Sobre la necesidad de incorporar conocimiento interno y externo también llevamos tiempo apuntándolo en Inteligencia Competitiva. El conocimiento distribuido dentro de la organización debe incorporarse a los procesos de Inteligencia, a la vez que conocimientos externos, a través de Open innovation o crowdsourcing, deben formar parte de los tradicionales procesos de Inteligencia Competitiva.



Un paso más allá iría SciCast: a crowdsourced forecasting platform for Science and Technology (https://scicast.org/#!), o sea una plataforma colaborativa de predicción para la Ciencia y la Tecnología. Este proyecto de investigación estadounidense se basa en lo que acabamos de explicar: la mejor capacidad de predicción de un grupo de personas que de un único experto, y pretende explorar y demostrar este hecho.



Los usuarios se dan de alta en el sistema y realizan predicciones sobre cuestiones planteadas por ellos o sobre otras cuestiones ya presentes en la plataforma. Estas predicciones pueden ser modificadas en el tiempo, de modo que podemos ver en tiempo real qué piensan los participantes que va a suceder sobre un determinado hecho. El sistema también puede crear conexiones entre diferentes cuestiones relacionadas y modificar consecuentemente las predicciones. Según la web del proyecto, la técnica utilizada por debajo es la misma que se utiliza en grandes corporaciones y gobiernos para entender la probabilidad de cumplir con las métricas clave de rendimiento, cuantificar los riesgos que pueden poner en peligro las operaciones, y comprender mejor las tendencias del sector. 


Para rematarlo, han puesto algo de gamificación en la participación y ofrecen recompensas a los que más participen y más acierten. En la actualidad están buscando más participantes, a ser posible en universidades y sociedades profesionales, porque, como ya sabemos, cuantos más participantes más posibilidades tenemos de que nuestra predicción se ajuste a la realidad.


Ante este tipo de iniciativas, que parecen funcionar y acertar bastante, aunque su lógica esté realmente fuera de mi capacidad de entendimiento... como siempre, me pregunto: ¿Qué lugar ocupan las técnicas y la disciplina tradicionales de Inteligencia competitiva? ¿Dónde encuentra cada uno su sitio?

domingo, 13 de julio de 2014

Un paso más en Citizen Science

Se habla mucho estos días sobre iniciativas Citizen Science, es decir, en hacer partícipes a los ciudadanos en cualquiera de las fases que cubre un proyectos científico y por ende, en la ciencia en general. Las fases de las que hablo son por ejemplo recolección de datos, análisis de datos, discusión de resultados, y diseminación de resultados. 

En cuanto a la diseminación  de resultados, me he tropezado con la revista Frontiers in Neuroscience for Your Minds. Da un aire fresco y novedoso en cuanto que los niños y adolescentes no son los que escriben los artículos a la revista, sino que actúan de revisores tutelados por un científico en esta ardua tarea de revisar un artículo científico (mirad extracto de la revista bajo). Realmente un paso atrevido en esto de involucrar a los jóvenes en la ciencia y en el proceso científico. 
Frontiers in Neuroscience for Young Minds is a scientific journal that includes young people (from 8 to 15) in the review of articles. This has the double benefit of bringing kids into the world of scientific research – many of them for the first time – and offering active scientists a platform for reaching out to the broadest of all publics.

jueves, 3 de julio de 2014

y go-drone voló

Hace unos meses os contábamos nuestra primera experiencia como micro-mecenas. Nuestra aportación fue bastante modesta pero go-drone voló, y bien alto. Nos entusiasma que un grupo de chavales tengan la valentía de emprender este tipo de actividades tecno-científicas. Con una buen tutor que les trace el camino, pueden conseguir muchas cosas que ni se imaginaban que pudieran conseguir. 

Para empezar, me los imagino el día que obtuvieron la respuesta de Goteo de que su proyecto había alcanzado el mínimo económico para recibir la subvención. Me los imagino hablando entre ellos, buscando en Internet, hablando con cualquier persona de su entorno que supiera sobre el asunto de construir drones. Me los imagino en horas bajas también

Me los imagino realmente motivados. Y creo que la motivación es la esencia para conseguir cualquier reto. Sobre todo la motivación cuando viene de dentro de uno mismo, cuando uno realmente desea y quiere hacer algo por todos los medios. Algo bastante distinto a la motivación externa: cuando se hacen cosas sin motivación personal, sino impuestas por alguien o algo.

Me los imagino escribiendo la memoria. Por cierto, un documento de gran valor especialmente para alguien interesado en el montaje paso a paso de un drone. Eso es pura ciencia reproducible. Me los imagino consultando fuentes y bibliografía. Me los imagino escribiendo el día a día de go-drone en las redes sociales y en la bitácora del proyecto. Me los imagino adquiriendo pensamiento científico, haciéndose preguntas sin parar, el valor de trabajo en grupo y también la disciplina necesaria para cumplir plazos. 

Me imagino también la cara de sus padres y de su tutor. 

Me los imagino volando junto a su drone. Me los imagino ahora mismo pensando ya en el siguiente reto. Que así sea chavales. Seguid motivados durante toda vuestra vida!

Un saludo.

martes, 1 de julio de 2014

Bibliotecas ubicuas, ¿dónde?



Las iniciativas sociales de colaboración son cada vez más abundantes. No cabe duda que el acceso a internet desde diferentes dispositivos, las mejoras en usabilidad, la alfabetización tecnológica… y toda una serie de avances en relación con el uso de ICT por parte de cualquier grupo social o individuo, han hecho proliferar estas iniciativas en todas direcciones. Agrupados en torno a una temática de interés común el “poder de las masas” permite darle la vuelta, mejorar, probar, cambiar, aportar, reflexionar, renovar… el sistema establecido para refrescarlo.

En relación con bibliotecas y el mundo del libro ha habido varias experiencias interesantes al respecto. Uno de los primeros en aparecer fue el Bookcrossing (2001). Básicamente, la idea es la de “liberar” libros y dejarlos en lugares públicos de forma que otro lector pueda encontrarlos y disfrutar de su lectura. Los libros que se quieren compartir se dan de alta en una base de datos y se les asigna un número de identificación (BCID) de forma que puedes seguir la vida de los libros una vez que salen de tu estantería. También puedes “ir de caza” y ver qué libros hay liberados en cada país, cada ciudad, cada barrio. La iniciativa se ha extendido por todo el globo, por ejemplo en España cuenta con 42.391 miembros.

Recientemente me encontré con una iniciativa experimental italiana interesante SocialBook: la rete delle biblioteche personali. En este caso la idea se basa en la creación de una biblioteca difusa, formada por colecciones personales, entes locales y bibliotecas, que sirva de aglutinador de una comunidad. Los usuarios (pequeños bibliotecarios) dan de alta los libros que están dispuestos a prestar, generando así un catálogo, para posteriormente poder localizar las copias de libros disponibles más cercanas a su domicilio, ejerciendo bibliotecas y otros entes, el papel de facilitadores.

Desde España, desde enero 2012 lleva funcionando la exitosa inciativa SocialBiblio, consistente en la creación de una comunidad a través de "una plataforma de formación colaborativa, en la que un día seremos profesores y otro seremos alumnos". La iniciativa, ampliamente difundida entre el colectivo profesional español, dió incluso el salto a Latinoamérica, estableciéndose diferentes webminars para ambos lados del océano, durante 2013.

Por último mencionaremos Viewshare aplicación web gratuita, desarrollada por la Library of Congress, a través de la cual los usuarios pueden desarrollar vistas dinámicas (mapas, nubes de etiquetas, líneas del tiempo, gráficas) partiendo de colecciones digitales.

Y qué veis de común en todo estos, además de colecciones de libros analógicos o digitales?… geo… la localización de los libros para ser cazados, la localización de los usuarios, el seguimiento de los libros en su busca de la libertad… los usuarios están generando sus propios mapas, indicando cuales son los puntos Bookcrossing en España, o fotografiando en qué lugar ha sido liberado un libro.

En el caso de SocialBook también el territorio juega un papel muy importante. A escala más reducida y por lo tanto a más nivel de detalle (sin entrar en temas de privacidad), en este proyecto podrían representarse puntos culturales focales en un territorio y aprovecharlos para la puesta en práctica de otras actividades o servicios. En concreto esta iniciativa está enmarcada en el proyecto Open Culture Atlas, de geolocalización cultural colaborativa, nacido en Italia en 2013.

Un complemento ideal para SocialBiblio, quizá sus promotoras ya lo hayan pensado, sería poder ver representados en un mapa el interés en determinados contenidos por determinadas zonas geográficas, o las áreas donde la iniciativa tiene más seguidores. 

Viewshare, utiliza la visualización a través de mapas (y otras representaciones) como forma de difusión y de localización de colecciones digitales.

Y ante esto, no os parece que las bibliotecas deberían aprovechar el potencial geo? Conocéis otras iniciativas que pongan en relación mapas y bibliotecas?

miércoles, 25 de junio de 2014

Multidisciplinariedad sí, pero no

Amarga semana. Esta semana me han notificado los resultados negativos de dos procesos selectivos. Uno el programa Ramón y Cajal, el otro, un puesto en una Agencia Europea. No es lugar de plasmar los detalles de mi cabreo, pero para resumirlo en un palabra: mi problema es la multidisciplinariedad (según el comité de selección). 

Todo el mundo concibe la multidisciplinariedad como una característica valiosa y positiva en un individuo, grupo de investigación e incluso proyecto. De hecho, los proyectos de investigación actuales están formados generalmente por grupos de investigadores de distintas disciplinas. El reto es entenderse para resolver un problema que va más allá de los límites de una única disciplina. El beneficio inmediato se palpa en los nuevos conocimientos adquiridos y formas de trabajo que se entremezclan con el conocimiento propio de uno para ir moldeando con el tiempo un investigador multidisciplinario.

Todo el mundo concibe la innovación como algo positivo. Sin innovación, no hay avances y progreso. Se necesitan individuos creativos, que piensen diferente e innoven en métodos y procesos para empaquetar viejas ideas de forma fresca y novedosa. Muchos autores sobre la innovación, y puedo decir que lo respaldo por la experiencia propia de vivir en el extranjero, recomiendan conocer mundo, conocer otras culturas, gentes, formas de trabajo, leer libros de otras disciplinas distintas a la tuya de formación, y aprender otras perspectivas de atacar el mismo problema. En definitiva, la multidisciplinariedad es una incubadora para que nazca el chispazo de la innovación. La innovación es caprichosa y no siempre ocurre aunque viajes sin parar por el mundo. Pero no cabe duda que la multidisciplinariedad ayuda a crear el contexto adecuado para que surjan los procesos creativos e innovativos. 

Todo el mundo concibe la educación y formación como un proceso continuo a lo largo de toda la vida. Te inicias en la escuela, aprendes a pensar, disciplina de trabajo, y los pilares fundamentales de tu especialidad en la universidad, pero sigues formándote por la curiosidad de aprender cosas nuevas durante tu carrera profesional, tanto científica o no. La educación es un reflejo de la vida en sí: variada, dinámica, en constante evolución . Estar vivo implica formación continua multidisciplinar para adaptarse constantemente a lo que puede venir mañana.

Todo el mundo concibe la multidisciplinariedad como una característica natural y fundamental para llevar a cabo ciencia-investigación, para el desarrollo de la innovación y la educación. Pero una pequeñísima fracción, los gestores de la ciencia, parece que no predican con el ejemplo. Se empecinan en encasillar a los investigadores en una única disciplina. "¿Multidisciplinariedad? Está muy bien, chaval, pero soló puedes coger una especialidad para que evaluemos tu producción científica o propuesta de proyecto de investigación". Cogiendo prestado el título de la increíble presentación TED de Sir Ken Robinson "Schools kill creativity", los gestores de la ciencia e investigación matan la multidisciplinariedad.  

Aunque algo alegado del hilo principal de esta entrada, un breve comentario de hoy en Nature titulado Metrics market termina con un elocuente aviso:
It has never been more important to demand clarity and transparency from research managers on exactely which metrics they are using to evaluate scholars, and why 
Ojala se convierta en realidad y sabré a que atenerme en el futuro. De todas formas, no cambio la experiencia ganada en ser multidisciplinario por nada del mundo aunque me cueste mi carrera científica en ello.